03 noviembre 2008

Es la élite, estúpido: o de cómo el fontanero Joe perdió unas elecciones pero ganó la fama

En la edición impresa de este domingo de El Mundo (señores, hay que ser plurales, y además el Marca estaba ocupado en el bar) aparece un interesante artículo del profesor y articulista Edward Schumacher-Matos sobre las elecciones estadounidenses. El autor resalta, frente a la aparente centralidad de la cuestión racial en la campaña, la mayor importancia del contraste populismo-intelectualismo. Les dejamos con unos extractos; el original aparece sólo en la versión impresa o en la de pago online, pero lo han transcrito entero aquí.

" (...) Pero el mayor problema al que se enfrenta Barack Obama no es el color de su piel. Es que pertenece a la élite. No a la élite económica. John McCain y George Bush tienen mucho más dinero que él. Pero sí pertenece a la élite culta y educada. Estudió en la Universidad de Columbia y en la Facultad de Derecho de Harvard. Su mujer fue a Princeton. Habla con corrección gramatical. Es sofisticado y ha viajado. En una de las escalas de su campaña se quejaba del precio de la rúcula, que es rara en los frigoríficos de la mayoría de los trabajadores blancos de Estados Unidos.

En la última encuesta del The New York Times, el 14% de los consultados dijeron que la mayor parte de la gente que conocen no votaría a un candidato negro. La pregunta es una técnica para calibrar si el encuestado votaría realmente a un negro pero tiene miedo a reconocerlo. No obstante, Obama también se va a beneficiar de los votos con una motivación racial. No sólo los de los afroamericanos, sino también los de los blancos que quieren expiar lo que ven como el pecado original de la nación: la esclavitud. Mea culpa, mea culpa, mea maxima culpa.

(...) Si la designación de Roosevelt dio entrada a un cambio transformacional que movió a EEUU radicalmente hacia la izquierda, la de Reagan fue otro cambio que basculó al país hacia la derecha. Pues bien, detrás de este último tuvo lugar una laboriosa actividad de los think-tank conservadores que modificó los términos del debate nacional. Ejerció, además, un impacto internacional, y se unió a fuerzas del otro lado del Atlántico como Margaret Thatcher en el Reino Unido y, más tarde, José María Aznar en España.

Sin embargo, el movimiento populista estadounidense se ha vuelto tan extremista que está devorando al conservadurismo. McCain es un hombre de pensamiento independiente que jamás en su vida ha recibido de buen grado ideas de distintas procedencias. Pero su campaña ha quedado superada por los populistas representados por Sarah Palin, que habla abiertamente de «la América real» de los «valores rurales». A los estadounidenses urbanos, no blancos y con una educación de élite, se les rechaza como «los otros» que no representan a EEUU. Los populistas y Palin se han revuelto contra la idea de la educación en las universidades de élite y del pensamiento intelectual. Palin celebra la sabiduría de Joe Sixpack (la supuesta quintaesencia de la clase trabajadora estadounidense con su gran barriga cervecera), y hasta McCain agasaja al fontanero Joe.

(...) Los populistas eligieron a Bush porque se le veía como a alguien con quien los votantes se irían a tomar una cerveza. Bush es rico, se licenció en Yale y despues sacó un MBA en Harvard, pero habla como un «buen tipo» de Texas y antes de su designación ni siquiera había viajado fuera de EEUU. Bush aprovechó para llevar a cabo una política exterior unilateral y la invasión de Irak. Pero sólo tuvo un éxito parcial cuando intentó controlar el nativismo y el mercantilismo simplistas de los populistas en materias tales como el comercio y la inmigración.

Si gana McCain, lo tendrá todavía más difícil para controlar a los populistas. Si, como parece más probable, lo hace Obama, puede representar no sólo el triunfo de su raza, sino también el reflujo del movimiento pendular, que vuelve a valorar el talento y la brillantez intelectuales, sea cual sea su orientación ideológica. Para España y los demás países, lo que es crucial es que el imperio esté abierto a las ideas de dentro y de fuera de sus fronteras.
"

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