31 octubre 2008

Far far west

Desde hace ya una temporada le debemos a [no ese]J un post antólogico sobre el apasionante universo del western. No sabiendo muy bien por donde empezar, he decidido escoger diez joyas que abarcan casi cincuenta años y que en cierto sentido ejemplifican las variantes temáticas y narrativas y la evolución histórica del género: desde la ideología de la expansión y la conquista del territorio hasta la representación de la ley como triunfo de la civilización; de los monumentales espacios abiertos a los claustrofóbicos westerns urbanos; de la pureza indómita de los orígenes a las desencantadas revisitaciones contemporáneas.


Demasiado donde escoger, así que inevitablemente he acabado por hacer trampas. He aquí la lista, que iremos revisando en cómodas entregas en sucesivos posts:
  1. Incidente en Ox-Bow (William Wellman, 1942) / La diligencia (John Ford, 1939)
  2. Pasión de los fuertes (John Ford, 1946)
  3. Río Rojo (Howard Hawks, 1948)
  4. Horizontes lejanos (Anthony Mann, 1952) / Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952)
  5. Centauros del desierto (John Ford, 1956)
  6. Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954) / Cuarenta pistolas (Samuel Fuller, 1957)
  7. Rio Bravo (Howard Hawks, 1959)
  8. El hombre que disparó a Liberty Valance (John Ford, 1962)
  9. Grupo Salvaje (Sam Peckinpah, 1968) / Hasta Que Llegó Su Hora (Sergio Leone, 1968)
  10. Sin perdón (Clint Eastwood, 1992)

27 octubre 2008

Un domingo cualquiera

El domingo por la mañana me acerqué un rato a la Carrera Popular de Santiago. Apostado en una esquina de la zona vieja, en el tramo final del recorrido, vi pasar a los corredores con una mezcla de envidia y entusiasmo, jugando a adivinar con qué grupo habría llegado si una inoportuna sobrecarga muscular no hubiese frustrado mi participación.

Por la tarde fui a ver la versión de La buena persona de Sezuán de Brecht por parte del Centro Dramático Galego. Hace tiempo, en Bologna, intenté abrirme al mundo del teatro y a sus manifestaciones más o menos vanguardistas a base de abonos de temporada con descuento de estudiante. Debo de tener un problema con el teatro en general, porque casi toda la programación me dejó en su momento indiferente.


El montaje de Brecht estaba bien resuelto, con un buen reparto y con iluminación y escenografía más que trabajadas. La introducción de números musicales y toques cómicos y un aceptable sentido del ritmo hicieron que no resultase pesada a pesar de los 175 minutos de duración, sino más bien entretenida. Sin embargo, si lo máximo a lo que podemos aspirar hoy en día de una representación del teatro más supuestamente antiburgués y vanguardista del siglo XX es que sea entretenida, lo siento, yo me bajo del barco.


Si queréis juzgar por vosotros mismos, aquí podéis encontrar información sobre la obra y las futuras fechas de representación por toda Galicia.

26 octubre 2008

Todo o nada

Un nuevo trabajo, el traslado a una ciudad con más alternativas culturales y de ocio y la búsqueda de un hogar han vuelto a ralentizar el ritmo de actualizaciones del blog. El equipo de redacción, que se preocupa muy mucho por satisfacer la avidez de nuestros dos o tres lectores habituales, se está planteando seriamente la creación de un blog paralelo. Posts breves, uno o dos párrafos, con una mayor periodicidad, y que sirvan por una parte de agenda cultural y espacio de crítica espontánea, inmediata y sin mayores pretensiones, y por otra como rincón de desahogo cotidiano. Nuestro blog actual quedaría para esas reflexiones extemporáneas e irrelevantes que tanto les gustan.

Para qué tanta historia, se preguntarán ustedes, si los blogs ya no molan. Puede ser. En cualquier caso, les mantendremos informados.

Cacerolas invendibles

Durante estos días de reencuentros y de conversaciones con desconocidos con los que podríamos acabar viviendo, me siento obligado a justificar mi nuevo empleo. El recurso más sencillo es la teoría de la cacerola, de cosecha propia: un periodista, en el fondo, es un vendedor de cacerolas. Puede venderlas inoxidables, con mango o sin mango, de gama alta o a buen precio, pero su trabajo consiste siempre en amoldarse al producto en cuestión y tratar de encontrar argumentos para resultar convincente.

Naturalmente la teoría es falaz, y se aplica sólo a un cierto tipo de periodismo, el más común pero desde luego no el mejor. Incluso para un escéptico sobre el compromiso ético del periodista existe una línea que repugna atravesar, y que al menos en mi caso no tiene tanto que ver con la mayor o menos flexibilidad ideológica o con la verdad inherente a los hechos como con una cierta dignidad de los argumentos utilizados. Dentro de unos límites, me siento capaz de asumir posturas que no comparto y defender sus ideas y razonamientos, siempre que exista una manera mínimamente digna de exponerlos.

En fin, quizás entiendan mejor de que hablo si pongo un enlace a un artículo de hoy en el suplemento Lecer de Galicia Hoxe. En él, se recogen unas declaraciones del padre de Ugio Caamanho, cuyo juicio por participar supuestamente en un atentado con bomba en Santiago en Julio de 2005 comenzará en breve en la Audiencia Nacional. Es difícil no estar de acuerdo con algunas de sus reivindicaciones en contra de la dispersión de los presos o de la duración de la prisión preventiva, prácticas denunciadas por numerosas organizaciones internacionales. Quizás por eso repugna aún más el uso de falacias, subterfugios y mezquindades para tratar de defender el recurso a la violencia, cuyo uso aparentemente no condenan ni el padre, ni el hijo ni todas las asociaciones que en estos días se movilizan por él.

Iba a añadir algo más, quizás una reflexión atropellada sobre qué pensarían los padres de Ugio si el artefacto hubiese estallado por error antes de tiempo llevándose por delante a un par de ciudadanos, mártires en aras de la libertad de la patria, pero de repente todo esto me parece vano, estúpido y cansino, sobre todo cansino. Creo que simplemente me entristece toparme de nuevo con aspectos de esta ciudad que con el tiempo había olvidado, reencontrarme con viejas ideas que nunca estaré dispuesto a defender.

18 octubre 2008

Oh, tetas!

Descubrimos gracias a un post de [no-esa]H. que la Escuela Técnica de Arquitectura de A Coruña decidió clausurar este año las jornadas de introducción para nuevos alumnos con un striptease una performance corporal. El objetivo de la misma era, según el director del centro, "abrir la mente de prejuicios (...) lo que ayudará a los estudiantes para desarrollar mejor su trabajo".

Lejos de nuestra intención renegar de propuestas diferenciadoras o aperturistas en la universidad pública, o criticar la ruptura de tabúes relacionados con la exposición del cuerpo humano. Pero, así a bote pronto, nos asaltan unas cuantas dudas insidiosas:

  • Parecía probable a los promotores del espectáculo performance que unas cuantas docenas de adolescentes sobrexcitados fuesen a asimilar de manera compleja los estímulos de la misma?
  • Era de veras necesario que la calidad del evento fuese tan atroz?
  • La proyección de algunos de los innumerables trabajos que en la segunda mitad del siglo XX se han dedicado a cuestionar la representación del cuerpo humano no hubiese sido igualmente didáctica, menos malinterpretable y, sobretodo, menos gravosa para con el presupuesto de una institución pública?

En fin, me resisto a colgar aquí el vídeo, en parte porque las ventanas de youtube me afean el blog, en parte porque me parece más apropiado hipervincularlo al adjetivo que mejor lo define: atroz.


16 octubre 2008

Tiempo


Aquí no pasa nada,

salvo el tiempo:
irrepetible
música que resuena,
ya extinguida,
en un corazón hueco, abandonado,
que alguien toma un momento,
escucha
y tira.

Ángel González. Elegía pura.
















Feliz cumpleaños, mamá.


15 octubre 2008

Cerca del cielo (y III)

Hace años, en un pequeño estudio de radio, en la facultad, un profesor intentaba enseñarnos a elaborar reportajes radiofónicos. Escuchamos, a modo de ejemplo, un programa realizado hace años por RNE sobre una expedición al K2, en la que había muerto el alpinista Atxo Apellániz. Los autores reconstruían los hechos a base de música, efectos de sonido, recuerdos de los miembros de la expedición y, sobretodo, las grabaciones de las conversaciones mantenidas por radio entre Apellániz y sus compañeros en el campo base. Como ejercicio didáctico la clase no funcionó: el reportaje resultaba torpe en el uso de los recursos expresivos, poco eficaz en la narración. Como experiencia resultó traumática.

Los fragmentos de las conversaciones por radio, independientemente del montaje más o menos afortunado, emergían con una brutalidad insostenible. El relato se volvía más y más terrible a medida que Apellániz sucumbía al cansancio: su voz comenzaba a ceder, sus palabras perdían coherencia. Finalmente, casi agotada la batería de su radio, respondía con toques: dos significaban sí; uno, no. Es difícil explicar el dramatismo intolerable de cada uno de aquellos chasquidos. Salí conmocionado de aquel estudio, mientras la mayoría de mis compañeros bromeaba, y aún hoy me turba leer una simple transcripción de parte de aquel diálogo. No he querido volver a escuchar el programa de nuevo, pero deberíais encontrarlo aquí, o bajo estas líneas.



Años más tarde, con un espíritu y un tono muy distinto (irónico, pero también sorprendentemente empático), Nacho Vegas afrontó desde su particular óptica la locura implícita en las gestas del montañero. Cerca del cielo fue desde el principio mi canción preferida de un disco monumental. Aunque siempre pensé que se limitaba a afrontar un tema genérico, parece que Vegas la escribió pensando en el alpinista vasco Juanito Oiarzábal: recordman de ascensiones a ochomiles, inesperada estrella televisiva, personaje controvertido que encarna como nadie las paradojas de aquel universo.


La canción construye su propia mitología, entre el distanciamiento y la admiración, en la que la obsesión por la montaña se funde con referencias clásica y cristianas más o menos irónicas. Al ritmo solemne del piano, guitarra y batería, se une el órgano, grandioso y torturado, que se eleva hacia las alturas. La letra y la melodía juegan con lo absoluto y lo grotesco, hasta conseguir abrazar la tragicidad, absurda al tiempo que sublime, de un modo de vida extremo.


14 octubre 2008

Dictaminando que es gerundio

Definitivamente, el fútbol se consolida como observatorio privilegiado del fenómeno globalizador. En concreto, nos fascina observar como, entre los agentes no estatales que asumen un protagonismo cada vez mayor en el concierto internacional, casi ninguno (no desde luego Greenpeace, ni Amnistía Internacional, ni siquiera la ONU) sobrevuela la soberanía estatal con tanta alegría y desenvoltura como los organismo futbolísticos.

La Uefa, una asociación privada interestatal de tercer grado (una asociación de federaciones de asociaciones), acaba de imponer una sanción de a uno de sus miebros: el Atleti tendrá que jugar tres partidos de Champions fuera de casa por unos incidentes en su duelo con el Olympique. Todo normal, hasta que aprehendemos los motivos de la sanción. Leemos, entre estupefactos y divertidos, que según el director de comunicación de la UEFA, un tal William Gaillard, la Comisión de Disciplina de este organismo "ha dictaminado" que los incidentes ocurridos durante el partido "fueron provocados por la Policía Española sin ninguna razón". Delicioso.


Tiempo ha (no tanto) la FIFA condenó la injerencia política en las elecciones a la RFEF (una asociación privada pero con atribuciones de monopolio público y financiación estatal) que felizmente preside, desde hace veinte años, el ínclito Ángel María Villar. Muy elegantemente, el organismo (privado, obviamente) denunciaba que una orden ministerial interfería en los asuntos del fútbol, en concreto con el Código Electoral del propio organismo. La decisión del Estado entonces fue la plegarse a las exigencias de la FIFA, de modo que no se sorprendan si mañana leen en los periódicos que cuarenta policías nacionales (Dios sabe que no somos sospechos de simpatía hacia según que instituciones) han sido enviados a Suiza en grilletes para ser azotados, siguiendo los dictámenes de la benemérita asociación.

Por cierto, Jean-Marc Bosman, el modesto futbolista que consiguió en 1995 algo tan aparentemente autoevidente como que la legislación laboral comunitaria se aplicase en el fútbol profesional, ganó el caso que le hizo famoso, pero no consiguió volver a jugar un partido en su vida.

13 octubre 2008

The Wave Pictures: la extravagancia de lo normal

Visto que les debíamos un post a nuestro (y vuestro) nuevo e indiscutible grupo favorito, los colosales The Wave Pictures, íbamos a meternos en faena, pero resulta que hemos encontrado por ahí un largo, documentado e inspirado post sobre los mismos. No somos muy de corta y pega, y hasta nos da un poco de rabia citar profusamente una web cuyo snobismo contra-contra-contra-cultural nos gusta más bien poco, pero en este caso el artículo nace de la pasión por la banda y (creemos) consigue contagiarla. Y, qué coño, es imposible no compartir la quasi-baziniana y lapidaria conclusión del autor:
Dicho esto, Instant Coffee Baby es el disco del año.

Os dejamos con unos extractos del texto. Podéis leerlo entero (merece la pena) aquí; si conseguís hacerlo al tiempo que bailáis las irresistibles canciones del trío y berreáis sus letras, grabadlo y enviadnos los vídeos.

"(...) Hasta entonces todos los conciertos habían tendido al lleno sin apreturas, con más curiosos que seguidores, pero en el de la Islington Academy patrocinado por la revista Time Out, una especie de Guía del Ocio, era patente que habían superado algún punto crítico. En contraste con su público habitual, éste estaba lleno de críos y cazadores de tendencias, pero lo más asombroso era que una proporción notable se sabía las canciones. Todas. The Wave Pictures, ataviados con ropa gastada que nunca estuvo de moda, encostrada de yeso y pintura reseca (aún trabajan como pintores de brocha gorda), querían mantener las distancias. David Tattersal anunciaba en un intermedio que se sentían fuera de lugar, que el aspecto de su público les parecía absurdo, que dónde coño metían las carteras en esos pantalones, que ellos se vestían, como siempre, en la sección de caballero de Marks & Spencer.



(...) En una generación obsesionada con llamar la atención, la mayor excentricidad es ser normal. Los grupos jóvenes comprenden muy rápido que coexisten con millones dentro de un espacio minúsculo y creen tener que distinguirse del resto como sea, por todos los medios, fingen ser más raros de lo que son, buscan la formación rara, el traje raro, la actitud rara. The Wave Pictures son, por encima de todo, normales. Una normalidad rotunda y aplastante. Visten normal. Hablan normal. Tocan con guitarra, bajo y una batería a menudo incompleta después de años de tropezones con el cimbal en escenarios minúsculos. Sin pedales. Sin efectos. Sus influencias son los clásicos más recurrentes - Bo Diddley, Chuck Berry, The Velvet Underground, Bob Dylan, The Modern Lovers, y a menudo despreciados - Bruce Springsteen, Dire Straits, Status Quo, Creedence Clearwater Revival. Sus canciones en sol y mi menor. Cantan sobre tópicos, chicas, cigarrillos y alcohol, madrugadas y peleas de bar, y camas con olor a humo y sexo, y café, novias y padres de novias, y celos, rupturas, reconciliaciones, besos, traiciones, odio, rabia y rencor, y puedes estar seguro de que la mitad de esas letras que cantan con una emoción capaz de derretirte las rodillas y que parecen tener un vínculo común que tú crees íntimo, único, e indescifrable para el resto, son meras invenciones, de que Tattersall miente como un bellaco incluso cuando confiesa que “everyone that knows me knows I make up these stories”, de que todo es un juego brillante donde las palabras están al servicio de las canciones, por encima de la coherencia y la realidad. Están llenas de frases lapidarias, desconcertantes, homicidas, pero sobre todo suenan bien.



(...) Los temas y la forma de hablar sobre ellos es muy similar a Hefner o Herman Düne, va más allá de los temas o el lenguaje. Como ellos, The Wave Pictures actualizan una actitud característica de The Modern Lovers, el ansia, la perplejidad y la indefensión ante idioteces aparentes que no lo son en realidad, que nos afectan a todos por igual, pero que la mayoría reprimimos y racionalizamos para no volvernos locos. Ellos las purgan sin tapujos."


The Wave Pictures: Sophie

The Wave Pictures: Instant Coffee Baby

Anuncio clasificado

Se busca becario SEO. Requisitos fundamentales: claridad conceptual, disponibilidad, buena capacidad de expresión oral. Cometido: explicar al autor de este blog, con paciencia y cariño, los criterios de posicionamiento en motores de búsqueda.

En particular, quisieramos saber por qué si uno busca en google información sobre la famosa artista inglesa Tacita Dean encuentra en primera página, antes del enlace a la Tate (¿!), un irrelevante post que escribimos hace tiempo. O por qué, en cambio, si quiere saber algo más sobre la pintora Fina Eirós, la séptima entrada en google (las anteriores son igualmente irrelevantes) nos ofrece una playstation de las finas por 30 euros, obviando enlaces a entrevistas, exposiciones y artículos de y sobre la persona en cuestión.

Pero, sobre todo, querríamos saber por qué al repetir una búsqueda de manera idéntica segundos después, el orden de los resultados puede variar (o no). ¿Podría una insistencia maniática en repetir una y otra vez el mismo patrón de búsqueda desordenar de manera definitiva los resultados, desquiciar al algoritmo, reventar la web? Googleterroristas del mundo, uníos.

12 octubre 2008

Cerca del cielo (II)

Rafael Nadal recogerá el próximo día 24 su galardón en Oviedo, y un mes después, con permiso del drive de Del Potro, se traerá de tierras argentinas la tercera Davis. Nuestra tardía e inútil reivindicación de otra de las candidaturas, una candidatura cuya esencia misma era el fracaso, no parecía tener otro sentido que el de la pataleta. Coetzee, cuya última (no)narración le lleva incluso a reflexionar sobre el deporte de élite, encuentra un posible nuevo sentido a nuestra queja:
"Una competición cuyo resultado está cantado no nos atrae, salvo tal vez cuando el contendiente más débil actúa con suficiente valentía para ganarse nuestra solidaria admiración, ya que enfrentarse con valentía a un rival más fuerte es sin duda una de las lecciones para cuya enseñanza el deporte, como institución cultural, fue inventado. El enfrentamiento entre una visión nostálgica y retrógrada del deporte y la visión que predomina hoy puede tener un valor cultural análogo. Es decir, el argumento de que el pasado fue mejor que el presente no puede vencer, pero por lo menos es posible exponerlo con valentía."



Supongo que el interés (moderado: nunca he leído ni investigado mucho sobre el tema) que despiertan en mí las hazañas, noticias y mitologías del alpinismo podría tener que ver con su condición de último reducto de una concepción romántica, extrema y totalizante del deporte. Creo, sin embargo, que lo que encuentro en ellas es una última forma de narración épica, en una época en la que las las gestas individuales, fruto de pulsiones incomprensibles y obsesiones a menudo autodestructivas, tienden a adoptar formas cada vez más caprichosas, banales, estúpidas.

Hoy es posible comprar un trocito de gloria en la conquista del espacio, las expediciones comerciales saturan el Everest y el ciclismo (ese otro, mancillado, refugio de la épica deportiva) conquista cimas a golpe de epo. Sin embargo, algunos locos incorruptible siguen muriendo cada año, empeñados en ascensiones sin oxígeno, expediciones sin patrocinador, vidas sin freno.

07 octubre 2008

Nota de redacción

Ahora que actualizamos, hemos caído en la cuenta de que los posts se ven de distinta manera en Firefox que en Explorer. Formatear las entradas y conseguir uniformidad de fuente, tamaño y disposición es ya una odisea, sobre todo si hay fotos de por medio. Conseguir una legibilidad óptima (estupendos nos ponemos, pardiez) en los distintos navegadores escapa por el momento de nuestras limitadas capacidades informáticas. Se siente.





06 octubre 2008

Libros de arena: la pintura de Fina Eiros

Desde hace unos días le debemos un post en condiciones a la artista lucense Fina Eiros. La conocimos (conocí, carajo, cómo si alguien me acompañase en estas excursiones culturales) gracias a una exposición monográfica organizada hace unos meses en el furambótico Museo Provincial. Salí de la exposición con la sensación reconfortante de haber dialogado durante un buen rato con una serie de obras que, al tiempo que conformaban un discurso pictórico complejo, rico, coherente, se abrían hacia fuera, hacia al espectador, buscando su implicación, reflejándolo y acogiéndolo en su seno.


“As superficies semellan pel, e a pel semella espello. Somos espectadores reflectidos nos límites da súa pintura, nos seus goteos, nos seus xiros, nos seus espazos e nas súas masas de cor, cobixados en cada punto do lenzo, da composición”, leemos en el hermoso texto que Chus Martínez Domínguez ha escrito sobre la artista. He tenido siempre debilidad por trabajos que marcan unas pautas difusas, que trazan un entramado estructural o espacial no inmediatamente aprehendible, paisajes en los uno se pierde y se reencuentra, dejando vagar la imaginación por la tela, de trazo en trazo, de un lugar a otro, de un tiempo presente a pasados casi olvidados.

Fina Eiros, ciertamente, pinta paisajes. El hecho de que en ellos las formas sean a menudo indiscernibles, que el cielo se confunda con la tierra y lo monumental con lo microscópico, que lo matérico asuma la condición de protagonista, no la aleja tanto de esa temática como la acerca a su amado Turner o a los cuadros africanos de Barcelò. La sensación de que los valles y montañas, mares y orillas, que intuimos en sus cuadros no pertenecen al territorio de lo real sino al de la imaginación, suya o nuestra, acomuna su sensibilidad con la de la escuela romántica, completa la voluntad de aquellos autores renacentistas que comenzaron a imaginar cordilleras brumosas y geografías imposibles en el fondo de sus composiciones pictóricas.


El lenguaje abstracto de Eiros tiende a rehuír cada vez más el egocentrismo expresivo, evolucionando hacia “unha maior transparencia”, en la que el gesto pictórico y la voluntad de comunicación se filtran a través del paisaje, se confunden con él. O en la que, mejor, encuentran en el paisaje refugio, un “refuxio terroso, por momentos dificilmente habitable como ilexible é un libro de area”, siempre en palabras de Chus Martínez.

Fina Eiros, por cierto, es sorda. En una interesante entrevista con el amigo Jaureguizar cuenta como su enfermedad se debió a un medicamento mal administrado cuando era bebé. Habla también de la importancia de su trabajo como intérprete de la lengua de signos, y de la inevitable incidencia de la falta de audición en la recepción de su obra. Quizás es necesario tener la suerte de tropezar con los cuadros sin conocer la historia de su autora, como me paso a mí, para poder apreciar el valor intrínseco de su trabajo, su diálogo con formas anteriores y su desarmante originalidad. Sin condescencia ni predisposiciones, por puro placer.

[sic]

Contra más avanzaba el concierto de Los Suaves, más añoraba al bueno de Tim Harrington.



O de por qué hay formas y formas de perder la dignidad sobre un escenario.

Cafeteando

Café de Java patrimonio de la humanidad ya!


Aunque llegue vía Allariz.

04 octubre 2008

Malos humos

En la sección de opinión del diario El País aparece hoy un artículo que trata de reflexionar sobre el (previsible) fracaso de la ley anti(¿!)-tabaco española. Si bien con alguna ligereza de fondo y forma, el texto tiene la virtud de señalar algunas de las contradicciones más flagrantes del asunto, entre las cuales, in primis, "la facilidad con que ha desaparecido, literalmente, de la agenda pública".

Manuel Arias Maldonado, el autor, denuncia las penosas limitaciones y tibiezas del proyecto legislativo original, la nula aplicación práctica de las sanciones previstas en el mismo y, en definitiva, una especie de lampedusiamo acuerdo de facto entre los actores políticos, las autoridades y los ciudadanos, para que nada cambie con la entrada en vigor de la ley. Maldonado pone el dedo en la llaga en particular cuando cuestiona el equilibrio argumentativo de los propios encargados de redactarla y aplicarla ("¿puede confiarse en que un fumador antepondrá el interés general a su necesidad privada") y, sobretodo, cuando llegua a la esencia misma del problema: "El sintagma correcto", escribe, "es la defensa de la libertad de quien no fuma. Y la razón es muy sencilla. Esa libertad abarca el derecho del trabajador, pero sobre todo establece el único criterio válido para la prohibición total, esto es, el derecho a la salud de quien no fuma. ¿Y la libertad del fumador? Sólo puede ejercerse allí donde no supone una carga sobre la libertad ajena; punto."



El artículo completo, no demasiado largo, podéis leerlo fumadores y no fumadores aquí.

01 octubre 2008

Ó norte do norte






















Las fotografías corresponden a nuestra última excursión veraniega: Estaca de Bares, Porto de Bares y alrededores. Recomendabilísima visita, por supuesto, incluso para un fin de semana soleado de principios de otoño. Muy cerca, camino de O Vicedo, se encuentra una ruta de senderismo igualmente recomendable: una larga caminata por senderos casi invisibles junto al río primero, un retorno más sencillo por pistas rurales después.